El claro deterioro de la imagen de Iker Muniain en sus últimas apariciones no está ayudando en absoluto a la consolidación de lo que parecía la última perla de la cantera rojiblanca. Y puedo asegurar que los comentarios en la grada hacia el últimamente empiezan a ser preocupantes, está perdiendo el crédito.
Hace tan solo 3 años tras su aparición en el primer equipo, Iker desbordaba simpatía, y hasta un punto de timidez en su presentación ante los medios periodístico. Sin embargo transcurrido ese tiempo, actualmente el jugador navarro del Athletic ha perdido cualquier reparo con los medios y en sus declaraciones se expresa con total naturalidad. A menudo sus ruedas de prensa se convierten en pequeños shows en los que los periodistas deportivos sacan tajada y exclusivas que llevar a sus redacciones. Sin embargo no olvidemos que de momento Iker no se dedica en la vida a ser un showman televisivo, y se debe a su profesión, que es jugar al fútbol. Justo en esa faceta es en la que menos evolución a experimentado en los últimos tiempos.
A comienzo de su carrera Iker era capaz de desbordar rivales con cierta facilidad ya que su habilidad, agilidad así como su desorbitada rapidez se los permitía. De un tiempo a esta parte los rivales ya le conocen lo suficiente como para aguantarle en los amagos que hace y contrarrestar esta habilidad con violenta contundencia defensiva que a menudo logra causar el efecto deseado y anula a “nuestro” Iker .Tiene que intentar no ser tan chupón.
Desde que le vimos debutar todos nos dimos cuenta que ese habilidoso chaval solo tenía un pero… su golpeo de balón… No sabe chutar, parece increíble decirlo de un jugador de primera división, pero es así… tiene esa carencia que desde siempre y le ha caracterizado, pero que no le permite finalizar las jugadas con un cañonazo a puerta con fuerza y precisión, y eso los rivales también lo saben. En ocasiones solo le dejan la opción del tiro porque saben que es mejor y le tapan la opción de pase…
Todo esto no sería un problema con tan solo tiene 20 años porque se puede mejorar. Lo que me preocupa es la sensación que da este jugador desde la grada. Prepotencia, un amor propio desbordante y un descaro incontrolado… causan una mala química en el campo y en ocasiones su arrogancia temo que sea su peor enemigo. Dudo de su capacidad autocritica necesaria para mejorar en la vida. Debe evitar las trifulcas y peleas con rivales… Debería fijarse mas en compañeros como Gurpegui, Iraola o Aduriz que mediante el trabajo constante pero sobre todo mediante la humildad han conseguido mantenerse en primera en un ritmo constante y acelerado acabando sus carreras al máximo de sus posibilidades. Tiene obviamente muchísima mas calidad que estos últimos y precisamente por esto me da muchísima rabia que un jugador así se pueda desaprovechar únicamente porque su cabeza no se lo permite.
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